El rincón de Beatriz Gómez

El rincón de Beatriz Gómez
Segunda presentación del Tercer Testamento

martes, 30 de septiembre de 2014

Homenaje a Doña Silvia Lorenzo " Tengo sed de vida"

Un sorbo de líquido diáfano mientras escucho embelesada la voz de Doña Silvia. Sus poemas me transmiten un sosiego inverosímil.
Escucho atentamente esas aventuras en la juventud, evocando el golpeteo de las olas de la playa de Tazacorte y trasladándome a una época que a pesar de estar marcada por la guerra civil, resultó ser hermosa, pues Doña Silvia se refugiaba en la magia de las palabras que entraban por sus oídos cuando sin saber leer alguien le leía un poema que la hacía amar la vida con más lozanía.
La sombra de los árboles nos cobija del calinoso sol bagañete mientras Silvia me mira, enseñándome su sabiduría.
Cristalizo sus palabras, algunos de sus sueños, muchos de ellos hechos realidad.
Silvia Lorenzo nació en Tazacorte, en un período marcado por la guerra, difícil para una población que tenía que luchar en cada nuevo amanecer para continuar viviendo.
Su escuela fueron los libros, todos esos libros que iba buscando por el pueblo, sedienta de encontrar en ellos esa paz que la hiciera olvidar y  esas ilusiones que la hicieran seguir adelante.
Con seis años ofrecía sus servicios como recadera sólo para que el mandatario le leyera  un poco  algunas estrofas de algún ejemplar.
Las palabras se convirtieron en una manera de vivir y con quince años empezó su andadura para no parar de hacerlo jamás.
En su repertorio encontramos una larga trayectoria donde autografía  sus vivencias, esas historias plagadas de sueños y realidades, de alegrías y de tristezas, de sabiduría y desconocimiento…
Amante de las letras, garabateaba cuadernos, diarios y cartas, muchas cartas, carteándose con media España y conociendo personas extraordinarias que la ayudaban en su ardua tarea del saber, algo que nunca se termina de aprender.
Entre sus destinatarios se encontraban seres fascinantes en el mundo literario, escritoras como Agatha Amor y Corín Tellado intercambiaban constantemente correspondencia con Doña Silvia.
A pesar de su largo recorrido en el mundo literario ganando algo más de una decena de premios en las modalidades de narrativa y poesía, nunca nadie apostó por ella.
Después de tantos años cumple el sueño más buscado, sus vivencias ya descansan impresas en su primer libro, “Mar de sueños”, donde narra todas esas historias que han formado parte de su existencia.
Un título que nace de la inmensidad de la acuosidad salada que recogió tantas veces sus anhelos y sus hastíos.
Mi entrañable Doña Silvia ya tiene un lugar en el universo retórico, quimera hecha existencia y yo a su lado, siguiendo sus pasos, llenándome de su eterna juventud intelectual…

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