meció una cuna,
grita un verso desde niño
que lo arropa, que lo acuna,despierta el alba con su cantar
Y las llanuras verdes
se engalanan,
y el agua dulce
revive las flores
mientras tiemblan
de algazara
Momentos mieles,
los que viví,
de llanto salado
que fue de alegría
besando tu sonrisa
en cada despertar
Como azucena nocturna
que se desplega en la noche
celosa de un lotto
floreciente de sonrisas
Recibí sus besos señoriales,
en noches de caricias invisibles,
protegida por la marea envuelta en brisa,
que disfraza el color de mi niñez
Mis manos se unieron
con el calor de su abrazo
agolpando ilusiones
de sentimientos escritos
Reflejo oro de sus ojos,
que brillan escuchando
mis suspiros de ángel,
sinfonía eterna
de noches interminables
Vives en mí,
día tras día,
te llevo lejos en mis pensamientos,
te arropo con palabras ardientes
que se desasen con serenidad
entre tus párpados...
Beatriz Gómez
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